En la creación de los mensajes, según la semiótica, funcionan dos ejes. Uno es el eje Paradigmático y otro el Sintagmático, a través del primero el creador selecciona los signos que formaran parte del mensaje, y por el segundo los combina en un orden específico. Es este orden final tan importante como los elementos seleccionados. Y en algunos casos aún más.
He aquí un ejemplo (Voy a usar una entrada mía, por que no me atrevo a jugar con textos ajenos.): En la entrada de prosario "Mutis" se puede leer: Después de decirlo callé, tú caíste en mi silencio. Yo fui incapaz. No me atreví a poner ni un solo pie dentro de ese pantano para tomarte la mano y echarnos a reír. Pero bien podría decir: "Después de tanto andar paré, tu te enredaste en mi inercia. Yo fui vil. No quise ponerme a cantar en ese letargo para alisar tus huesos y echarnos a volar."
Lo que he alterado en el ejemplo anterior es el eje Paradigmático. Aún así mantengo la intención que tenía al escribir la entrada. Pues la intención no era sobre los significados, sino sobre procesos y funciones. Y los papeles siguen intactos.
He aquí un ejemplo (Voy a usar una entrada mía, por que no me atrevo a jugar con textos ajenos.): En la entrada de prosario "Mutis" se puede leer: Después de decirlo callé, tú caíste en mi silencio. Yo fui incapaz. No me atreví a poner ni un solo pie dentro de ese pantano para tomarte la mano y echarnos a reír. Pero bien podría decir: "Después de tanto andar paré, tu te enredaste en mi inercia. Yo fui vil. No quise ponerme a cantar en ese letargo para alisar tus huesos y echarnos a volar."
Lo que he alterado en el ejemplo anterior es el eje Paradigmático. Aún así mantengo la intención que tenía al escribir la entrada. Pues la intención no era sobre los significados, sino sobre procesos y funciones. Y los papeles siguen intactos.
Todo eso me hace recordar a la Semántica de Benedetti.