julio 24, 2009

Poeta.

Se le puede ver acodado en la baranda del acantilado todos los 23 de cada mes, con su traje mas viejo y desesperanzado llega arrastrando los pies unos cuantos minutos antes de las 6, prende un cigarro tras otro, y mira el sol desangrarse con gesto ausente como quien espera resignado a quien no sabe volver... Lo cierto es que no le gusta fumar, y no hay a quien esperar, la mujer que quiere esta en su casa, junto con sus trajes nuevos y prometedores, pero va puntual cada 23 para que los muchachos que cerca juegan, ríen, y viven le inventen una historia, una leyenda, una excusa para su actuada tristeza. Es su forma de hacer poemas.

1 comentario:

Juan Jose dijo...

No acostumbro a hacer comentarios que no aporten. Pero eéste lo hago simplemente para decir que es genial lo que escribiste y que en cierta parte me sentí identificado. Saludos