Cero a la izquierda.
Abandonó a todos los que a su diestra sufrían, y bajo su sombra hueca mal dormían, y rodó lejos a travez del gran cuaderno, hasta que halló una hoja en blanco y reposó en medio para luego, iniciar su canto en el desierto. Pequeños numeritos han crecido a su alrededor.
1 comentario:
Y pronto mirará al infinito por encima del hombro!
Felicidades, Víctor, por tu excelente blog.
Recibe un muy cordial saludo.
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